Muchos fabricantes de botas tienen contratos comerciales firmados con distintos futbolistas profesionales, quienes a cambio de una prestación monetaria y un diseño personalizado exhiben exclusivamente las botas de la marca en cuestión. En algunos casos, estos contratos estipulan el uso de la bota antes de que la misma salga al mercado, o se incluye la serigrafía del nombre del jugador o su dorsal en algún sector. En la actualidad, sólo se concedería el gol en caso de pérdida accidental del calzado.